Aesthetoscopio funciona como un artefacto
ilusórico
–no ilusorio–
que teje puentes y ramajes para desmotivar
al enjambre letal de nuestro ahora.
Inundar las calles y traspasar los muros que se
encargan de privar
al espíritu de su alucinación propia.
Aquí encontrará el hambriento un refugio íntimo y brutal.
Procuramos un desenfoque del drama terrestre
para desatar así nuestro profundo imaginario.
Lo que ve usted no es lo que hay.
Se trata de ensayar incontables preguntas.
El sueño vivido por la imagen /
la imagen vivida a través del sueño.
Ver un rostro distinto al que el espejo devuelve.
El movimiento estático
de un columpio visto desde lejos.
La casa de viento.
Trabajaremos de la manera más primitiva posible.
Alentar a la imagen para que encuentre su fantasía
y sea ya la imagen / mil tormentas para los sentidos.
Dejemos que respire entonces
y exhale por la luz.